Pocas cosas en el arte de la fotografía han perdurado en el tiempo como el blanco y negro. La magia de la “ausencia de color” sigue inspirando a fotógrafos, especialmente en el mundo de los eventos.
“…Es una cuestión muy subjetiva de sentir que determinada foto va en blanco y negro”, nos comentan Emiliano Rodríguez y Juan Pablo Mansilla. “Cuando editamos el material y vamos pasando foto por foto hay algo dentro nuestro que nos grita ¡esa es en blanco y negro! Y nosotros más bien respondemos a ese grito interior que no tiene que ver con cuestiones técnicas ni de relato sino con algo más arbitrario que viene de nuestras entrañas. Nos dejamos llevar.”