Esta no fue una sesión más porque nos tocó estar de un lado y del otro de la cámara. Estamos convencidos que tomar el rol de fotografiados, una vez cada tanto, es fundamental para poder empatizar con quienes nos eligen para registrar un pedacito de sus vidas. Creemos que la experiencia de sentir lo que sienten las parejas y las familias cuando las retratamos, nos hace mejorar no solo en lo técnico si no también en lo psicológico y emocional y nos permite poder sacar lo mejor de ellos en cada sesión sin que se sientan (tan) intimidados. Desde el lado del “cliente” puedo decir que contar con este registro cotidiano colgando de las paredes de nuestro hogar es realmente invaluable y extremadamente gratificante y sé que con el tiempo estas fotos irán cobrando cada vez más valor y significado para nuestra familia. Gracias Juan por regalarnos un rato de tu ojo mágico y darnos la posibilidad de tener este recuerdo de un sábado en casa, sin casamientos <3